El otro día estaba viendo un programa de TV, o lo que es lo mismo de la caja tonta, y escuche una canción que hacia varios años no la oía. Dice la letra: Los suspiros son aire y van al aire, las lágrimas son agua y van al mar. Dime mujer cuando un amor se pira ¿Sabes tú donde va?
Y fue entonces cuando a mi memoria vino en tropel un montón de recuerdos de un tiempo lejano ¿Lejano? ¿Cuanto tiempo ha pasado? Entre tantos pensamientos y en soledad aún sin estarlo, vinieron de nuevo aquellas pequeñas anécdotas de una vida.
Mi padre era una persona amable, recta y muy dicharachera, amante de la familia, y de su trabajo, disfrutaba con los amigos siempre en compañía de su mujer, o lo que es lo mismo mi madre. Pero sobre todo ayudaba a todo aquel que él sabia que le necesitaba.
Crecí amando el dibujo y la pintura y otras muchas cosas. Pero sobre todo el dibujo de las maquinas del tren, aquellas máquinas de vapor, negras, inmensas que dejaban rastro en el cielo, o por lo menos eso me parecía a mi.
Estaba siempre dibujando ténderes, calderas de agua u otras piezas de aquellos gigantes que eran la fuerza para arrastrar un montón de vagones.
Recuerdo los domingos por la tarde, mientras oíamos a través de la radio el partido de fútbol, bien del Barça o del Español, nosotros dibujábamos en el estudio de él, me gustaba hablar con aquel hombre sensato que era mi padre. Claro, ¡Que tonta! como todos los padres, pienso yo. Pero cada uno de nosotros siempre pensamos que el mejor es el nuestro. Y, es verdad.
Su mundo era la RENFE, donde él trabajaba, su oficina siempre estaba ordenada e impecable, también el estudio, cuando necesitaba algo, rápidamente lo encontraba, era fantástico.
La vida esta llena de coincidencias y como bien dicen nada es por casualidad, también luego con el paso de los años, de nuevo me pase muchos domingos por la tarde dibujando al lado de otro hombre muy parecido a mi padre, el carácter, la bondad y el bien hacer, la dedicación a su trabajo, mirándolo bien, pienso en silencio mientras escuchamos la radio y dibujamos ¡¡Cuanto se parece a mi padre!! ¿Se repiten las historias?
Y un día José me regaló un cuadro precioso que hizo con todo el cariño, un terminal de una estación, donde se guardan los trenes cuando no tienen que salir, donde los caldereros miraban si necesitaban un repaso ¡¡¡Qué alegría me dio!!! Por que amando a mi padre, amo todo lo que huele a trenes y porque me recuerda cuando yo esperaba el tren en la estación para desplazarme a cualquier sitio. Gracias amor por ese regalo.
6 comentarios:
Precioso cuadro, y para ti mucho más, por todo lo que representa.
Es cierto que los gustos y dedicaciones de nuestras personas amadas, nos hacen pensar en ellas.
Formáis un bonito tándem.
Felicidades a los dos.
Besos.
Ay Higorca, si que estarias contenta.
Con este cuadro tan bonito, que te evocaba los recuerdos de tu padre.
es fantástico.
Reb molts petons per a tu i el teu marit, Montserrat,
Precioso cuadro, debe ser un regalo de esos que nunca se olvida.
Felicidades por todo lo bello y los recuerdos.
También por el amor.
Un abrazo.
Hola Higorca.. que preciosas palabras que has expresado de tu padre..!! bellisimo el cuadro que te ha regalado el maestro !!un beso grande para ti y un abrazo al maestro !!
Higor, me emocioné al leer esta bellísima entrada.
Es verdad, uno se enamora de aquello que nos dió felicidad de pequeños y hacen que recordemos a quienes amamos.
¡¡¡QUE MARAVILLOSO GESTO LO DE ESTE REGALO!!!.
LLEGO TARDE Y NO SE COMO SE ME PASO. COMPARTO ESE RECORDAR A LOS PADRES, QUE HAN DEJADO UNA HUELLA TAN PROFUNDA, CON SU GENEROSIDAD SIN LIMITES, SU AMOR SIN CONTRAPARTIDDAS
UN ABRAZO QUERIDA HIGORGA
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