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LA EPIDEMIA AZUL

LA EPIDEMIA AZUL
Portada: Higorca

Vídeo obras de José Higueras "el pintor de la luz"

lunes, 19 de mayo de 2008

CORPUS CHRISTY EN CAMUÑAS


Oleo pintado por: José Higueras



Todos los años cuando llega el jueves de Corpus Christi, en un pequeño pueblo de La Mancha, se celebra el auto sacramental de Pecados y Danzantes.

Que nadie piense ni por un momento que es folclore, ni mucho menos. Es un ritual, una danza ancestral. Una danza magistral, única, llena de colorido y belleza.

Mientras los Danzantes tejen el cordón, los Pecados aullan, corren hasta caer rendidos ante Dios para pedir perdón.
Danzantes y Pecados. Una cofradia donde solamente la componen hombres. Cofrades. Muchos de ellos han ido pasando de generación en generación, ya que al nacer un hijo se le presenta, se le inscribe, aunque no participa de lleno hasta la mayoría de edad. Eso sí, pasa a formar parte de ellos con otro de los ritos también muy importante y que se celebra el viernes.

Dificilmente se olvida una vez que se ha visto, o, mejor, que... de alguna forma se ha vivido de cerca la fiesta en sí.
Es una maravilla ver como a través de los años todo sigue igual, nada ha cambiado, siguen guardando ese tesoro de la misma forma. Hombres, todo.
Nunca han tenido entrada las mujeres en dichas cofradias, incluso la madama, esta representada por uno de ellos, su baile, es, como si llevara todo el peso de la representación.

La madama vestida con zapatillas o alpargatas blancas, y sus medias, también, blancas de hilo. Enaguas blancas con puntillas, luciendo un miriñaque de tela rígida con aros que sirven de armazón a la saya. Los pololos blancos adornados con puntillas y cintas de colores. La saya fruncida, normalmente es de color canela y esta bordada con distintos colores, su faldriquera debajo del delantal. Y para aquellos que no sepan lo que es, lo explicamos de una forma muy sencilla. Es un bolsillo que se ataban a la cintura las mujeres, donde guardaban el dinero.

La madama va siempre bailando, acompañada de la música que durante el trayecto van tocando. Sonajas, castañuelas, la porra y el tambor.

El atuendo de ellos, es sencillo, son trajes. Los trajes cortesanos de principios de siglo XVII.

Los Pecados visten con zapatillas bordadas o sandalias de cuero en negro, medias negras, sujetas con ligas adornadas con rosetas hechas con cintas de colores, calzón negro, estrecho, hasta media pierna, la botonadura dorada y en ambos lados, completado con madroños que se atan a la cintura y cuelgan por la entrepierna. Faja de color rojo de seda anudada a la cintura, sobre la camisa blanca un chaleco negro. Americana negra y sobre ella una cinta de seda sujeta con un alfiler de pedrería. Valona blanca, al uso de la época, abierta por delante que deja al descubierto las solapas de la chaqueta. Esta valona es de tela bordada o bien de encaje, bien almidonada. Hasta principios del siglo XX no se llevaba corbata.

En la cabeza llevan una tira de tela blanca, en forma de venda y adornan sus bordes puntillas o bordados, este complemento se llama gavineta, se tapan la cara con una careta de nariz corta y recta, coronada por dos cuernos pequeños que los adornan con muchos lazos pequeños de colores, llamados periquetes. La careta se une al serenero con escarapelas hechas de cintas de colores en forma de rosetas y se le prenden botones blancos .

El serenero es un pieza de tela en seda o crespón, sale de la careta y se sujeta a la cintura con un cordón. Según el cargo que se ostenta dentro del grupo el serenero cambia de color y forma.

Llevan una vara o mástil de madera, pintada en distintos colores y la remata cuatro garfios de hierro que estan cubiertos por periquetes de colores y debajo de las cuales se colocan cintas de muchos colores dejándolos caer hasta unos 20 cms. Este es el vestuario de los cofrades llamados Pecados.
Los Danzantes cambia un poco su atuendo:
Zapatillas o alpargatas y medias blancas. calzón blanco decorado con cintas de colores, franja bordada. Pico o pañuelo que se ata en la cintura adornado con flores de tela y puntillas, o bien bordados. También llevan careta de color rojo brillante, con pelo, bigote y barba, con una prominente y curva nariz, terminan la indumentaria con un serenero o pañuelo de seda o crespón en colores claros, bordados o pintados con dibujos alusivos a la fiesta. También cuelga de la careta.
Para ellos no todo termina en la calle, por el contrario siguen sus ritos, reuniones o comidas durante los días convenidos por la cofradia.
Colorido, belleza, danza, el bien, el mal, la música, los aullidos. Todo ello es de un cromatismo maravilloso. ¡Que no se pierda nunca! Que sigan las generaciones llevando al visitante ese ritual magistral.