Öleo de José Higueras |
EL
FRUTERO DE COBRE
Sobre la mesa un frutero
lleno de membrillos recién cogidos. Un suave perfume se notaba en aquel salón. El
aroma que despedía aquella fruta madura.
Todo estaba dispuesto para
la merienda: membrillos, peras, manzanas y melocotones… y, la jarra para
calentar la leche.
Claro que los melocotones
quizá no estuvieran muy buenos, era un poco tarde para ello, y si tenían algo
de cámara no tenían buen sabor. La olor era buena… Al comerlos seguro que se notaria.
Aquella tarde los dueños
de la casa esperaban a unos niños. Eran la alegría de la casa. Sus nietos.
La semana finalizaba y
siempre pasaban esos días con ellos. Los padres los llevaban, los dejaban y
luego se marchaban. Sabían que estaban en buenas manos. Eran sus abuelos,
además todavía eran jóvenes y eso ayudaba para que no se cansasen unos u otros.
Los niños llegaban
hambrientos. Iban rápidos a la mesa donde estaba aquel frutero de cobre lleno
de fruta. Su abuela, además, les había puesto platos con más cosas, y una
botella de agua. Era imprescindible para ellos. Jugando siempre se reseca la
boca y la garganta. Buscaban la botella, un vaso y, a beber.
Pero aquel día la abuela,
les tenía preparada otra sorpresa. Con aquellos membrillos jugosos y maduros que
cogían del árbol del jardín. Les había preparado una exquisita mermelada.
Esperaba que les gustase,
se había pasado toda la mañana dando vueltas a la misma para que no se le
pegase. Valía la pena, hacer feliz a los niños era lo más grande para ella.
Puso la leche a calentar y
preparo la tostadora. Hizo las tostadas correspondientes, les puso un poco de
aceite y sobre ello extendió la mermelada. Una buena capa en cada una de ellas.
Preparo la mesa y llamo a
los niños que llegaron en tropel junto al abuelo. En un momento no quedo nada
en los platos. Habían devorado todo lo que la abuela había preparado.
Sonrió satisfecha. Les había
gustado. Los niños se levantaron y todos fueron a darle un beso. Luego a coro
dijeron.
- Gracias
abuela.
Higorca
3 comentarios:
Me alegro de ver que has vuelto por estos lares. Suelo mirar todos los días pero la busqueda era infructuosa. Supongo que has podido sacar unos minutos de tu muy ocupada vida.
Un abrazo muy fuerte
Hola Higorca.
Un relato muy bello y tierno y además acompañado de este precioso cuadro de tu esposo.
¡Enhorabuena a los dos!.
Petons, Montserrat
Higorca,me alegro de verte de nuevo,con tus hermosos cuadros y letras...El bodegón es una preciosidad y acompañado por tu composición toma el lustre de la vida y de la alegría.
Mi felicitación por tu amor al arte y a la calidad del espíritu,que siempre dejas volar entre tus palabras hacia la belleza del sentimiento.
Mi abrazo grande por tu ternura y autenticidad.
QUE TENGÁIS UN BUEN FIN DE SEMANA,AMIGA.
M.Jesús
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