Monumento a Gayarre - óleo/lienzo - Autor: José Higueras
Cuando José estuve enfermo con un cáncer, nuestra vida se "trastoco" un poco, tuvimos que cambiar de domicilio durante un tiempo. Fue algo distinto, miramos todo cara a cara y sin temor, aunque si con precaución y decidimos que lucharíamos salvando todos los obstáculos.
No podemos olvidar que cuando se contrae un cáncer nunca se debe tirar la toalla, hay que ser positivo y saber desde el primer momento aquello que se tiene.
Nuestro destino era Pamplona, allí llegamos y sin saber cuanto tiempo sería preciso quedarnos, decidimos que sería igual a otras épocas de nuestra vida cuando cambiábamos de lugar por nuestro trabajo,
Pamplona es una ciudad muy bonita, recomiendo visitarla, eso sí de turismo, mejor que de médicos. A nosotros nos toco todo el otoño y el invierno. El invierno fue crudo, frío, nieve, hielo, un terremoto, en fin de todo. Pero también habían días donde un rayo de sol nos acompañaba y era entonces cuando al mediodía nos dábamos nuestro paseo por la bella ciudad, pudiendo conocerla un poco más a fondo. Sus parques, sus murallas, la catedral, los museos y tantas otras cosas como se puede encontrar en ella.
Siempre llevamos con nosotros una libreta de dibujo, y unos lápices de esa forma cogemos apuntes de aquello que más interesa, para nosotros es mejor casi que hacer fotos.
Paso el tiempo y nos dieron permiso para volver a casa, sin olvidar las revisiones. Una vez en ella y más repuesto José siguió pintando, y empezó a crear nuevas obras del lugar que fue como su nuevo bautizo, su nuevo renacer ya que en el momento que llegamos nadie esperaba que iba a salvar la vida, fue una batalla dura, pero un gran éxito para los médicos y para él. Para nosotros Pamplona es nuestra segunda casa, sobre todo para él, haber nacido de nuevo tan cerca de las murallas ha sido algo inusitado. Algo maravilloso y habla de ello con toda naturalidad, como debe de ser, sin miedo, con fuerza, porque ello es lo que hace que se cure con mayor facilidad, ayuda a los médicos y la lucha es más fácil. Hoy os quiero enseñar una obra de Pamplona que esta en un parque precioso dentro de la ciudad, es el monumento que le hicieron a su gran tenor Julián Gayarre. Después de terminar esta, pinto su tierra, La Mancha, sus vides, sus campos verdes llenos de ese fruto exquisito que se vuelve un caldo delicioso, el vino, todo ello tocado por un cristo que un día le regalo un escultor amigo nuestro que murió de cáncer unos años antes. Quiso inmortalizar, su campo, Perico, el escultor y él mismo, todo en La Mancha.
5 comentarios:
Higorca:
Que dos cuadros más bonitos.
Y con que detalle nos relatas vuestra estancia en Pamplona, vuestras alegrias y dificultades. Y como salisteis victoriosos.
Un abrazo a los dos.
Amb carinyo de Montserrat, Gabriel y Albert.
Higorca, desde el 5 de febrero que lo has publicado hasta hoy que te he visitado, de lo que me estaba perdiendo. Maravilloso tu relato, y, los cuadros de José. Los quiero mucho. Besos a los dosssssssssss de nosotros dosssssssssssssss.
Impresionante, me refiero a las pinturas, aqui expongo mi comentario sobre todos los cuadros, retratos que tienes en la columna derecha de tu blog, son magníficos, felicito a ti o al autor de dichos cuadros, que preciosidad y que forma tan espectacular de plasmar las vivencias de la vida.
Abrazos, feliz semana.
Conmovido y con dulce sabor queda el corazón contemplando éstas hermosas pinturas y leyendo éstos relatos que narran con tanto sentimiento los recuerdos.
Como me ha gustado leerte. Me hace recordar vuestra estancia en Pamplona y el cariño que habeis dejado en nosotros. Luis Mari y Cristina
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