Alejandro y José Higueras Mora en el Molino Molimocho
El río Guadiana entrando en Las Tablas de Daimiel
Estaba
seco total – ¡es que pasa por debajo del
suelo! – me dijeron. Por el subsuelo, me dieron a entender.
¡No
comprendí muy bien ya que podía ver el cauce por dónde debía correr su agua! Pasaron
los años y al final me creí aquello. Aún pensando el porqué un río tan
caudaloso por el resto de España podía estar seco en su principio – ¡Más allá están los ojos que vuelve a salir! –
en fin las gentes del lugar debían saber mucho más que yo.
Claro
que llegamos en los años más secos de La Mancha, quiero decir años que
llovieron muy poco.
Más
tarde me aficione a visitar todos los humedales manchegos. Me gusta el agua, soy
de agua. Me siento feliz cuando puedo ver que hay vida dentro de ella. A veces
en un simple charco vemos como miles de pequeñísimos “animalillos”, parece que están jugando al “corre que te pillo”.
Claro
que pensar que La Mancha es un lugar seco es no conocer bien la tierra. Podemos
encontrar un sin fin de lagunillas, lagunas, charcos, tablas, etc. parecen ojos
salidos de un fondo.
Habitamos
justamente entre las lagunas de Villafranca de los Caballeros y las Tablas de
Daimiel. Las dos las visitamos por igual. Me gusta sentarme dónde pueda ver el
atardecer dorado. Atardeceres inmensos, de un cielo inigualable, solamente molestado
por las aves que presurosas llegan buscando su lecho de amor entre los árboles
que podemos encontrar en las pequeñas islas que hay dentro de las magnificas
tablas.
Ahora
el Guadiana está contento al inundar tan hermoso lugar, sus aguas corren raudas
dejando su rastro, dando vida, alimento a tantos seres vivos como protegen. Entrar
y tener la oportunidad de pisar sin lastimar tanta belleza.
Creo
que… me pareció notar como los viejos y
cansados tarayes que yacen en el suelo, sonreían al sentir el beso del agua en
sus pies, dando la bienvenida a las nuevas hijas, a las nuevas ramitas, resistiendo
morir.
El
Guadiana nos hace feliz. Sus aguas se pierden abajo buscando otras tierras,
dando riqueza a su paso.
Mientras
podemos ver unas cuantas canoas paseando por él, jóvenes que están festejando
una primavera inusual en esta rica y hermosa tierra.
Higorca